miércoles, 13 de junio de 2012

Échale más madera


Hay cosas que por mucho que te las repitan, una y otra vez, no logras retenerlas y siempre vuelves a olvidarlas. En cambio hay otras que, no sabes bien por qué, solo hace falta que te las digan una vez y las memorizas para siempre.

Del curso de Horticultura familiar ecológica, una de las cosas que se me ha quedado grabada es que en permacultura cuantas más funciones realice un elemento mejor. Por ejemplo, un olivo nos servirá para sacar aceite de sus frutos y hacer infusión de sus hojas, pero también para que aniden los pájaros, leña para la estufa, colgar una hamaca, dar sombra, usar sus chupones para construir vallas...

Con esta máxima en la cabeza, hay momentos en que juego a elegir al azar una cosa con la mirada y empiezo a pensar qué funciones puede realizar...  Fue así como mis ojos cayeron en la ceniza, un material que suele simbolizar el final de un ciclo de vida, como si después de ella ya sólo quedase la nada...

Pero ¿puede la ceniza servir para algo? Aquí va una lista de cosas para las que la podemos usar; algunas las he probado, y otras las he encontrado rebuscando por la red... Hablamos, en cualquier caso, de cenizas de madera o materia vegetal, que es la que producimos en el ESPAI: cuando encendemos la estufa de leña, la llar de foc o cuando quemamos restos de poda en el campo.

¿Para qué se pueden usar las cenizas?
  • Abonar la tierra del huerto. Entre otros nutrientes, se ve que contienen mucho potasio, que le viene muy bien a las cebollas, por ejemplo. Pero se aconseja no abusar de ella, porque la proporción de sus nutrientes no es muy equilibrada para el suelo (no contiene nitrógeno, por ejemplo).
  • Agregar al compostero (aunque, por la misma razón que antes, se aconseja no echar demasiada).
  • Hacer barreras en el huerto que no traspasarán los caracoles ni las babosas.
  • Se pueden usar también para mantener alejados de las plantaciones a animales más grandes (tipo jabalíes), pero entonces las cenizas tienen que ser recientes, para que todavía huelan a fuego, así que hay que ir renovándolas.
  • Con agua y cenizas bien blanquitas (y si son de madera fuerte mejor) se puede hacer una lejía suave que se puede usar como detergente. John Seymour explica como hacerlo en el libro de La vida en el campo (yo lo probé hace tiempo, pero no me dio buen resultado...). Probaré ahora esta otra receta que he encontrado en la red.
  • Con agua y aceite, para hacer jabón de potasa (en este link, por cierto, hay otras ideas muy interesantes). Hasta ahora el jabón siempre lo había hecho con sosa cáustica, pero la fórmula con cenizas resulta menos agresiva e igual de eficaz. Y como tenemos olivos, ¡no nos hace falta traer nada de fuera para hacerlo! El jabón de potasa, además de usarlo como jabón de manos, para la ropa, etc., en agricultura ecológica se usa diluido en agua como insecticida y fungicida...
Para abonar, para limpiar, para desinfectar, para espantar bichos... ¡Uf! ¡Lo que pueden dar de sí las cenizas!

Laia

3 comentarios:

  1. habéis cambiado las fotos d'encapçalament! Increible el gripau, com se confon amb el medi... les pedres grises del seu voltant. I ese gato visitante...
    Cuánta vida!

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    1. Sí, vamos tocando los tambores para que vengan los bichitos a ayudarnos!

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  2. Yeeeepa!!! Cuantas cosas!! Que prisma mas interesante el de optimizar el numero de funciones. Y con internet la cuestión se torna aún más interesante. Gracias Laia! Un abrazo
    Lucía

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